Herencia despilfarrada
Los Clubes
de raza tienen una función esencial en el desarrollo de la misma. Deben ser
vigilantes y atentos guardianes del estándar de la raza frente a modas de
crianzas tendentes a la comercialidad, que acaban, a la larga, despojando al perro de sus esencias. Los clubes
deben mantener una posición integrista
en todo lo relativo a morfología y carácter, pues son los depositarios del
estándar del perro y por lo tanto responsables del tipo de ejemplar que se va a
dar en un determinado país.
Desgraciadamente
en España, y salvo honrosas excepciones, los clubes de raza se ha utilizado para medrar a la
sombra del poder (organizar, seleccionar e invitar a jueces de monográficas), y
beneficiar a un determinado tipo de ejemplares que, por lo general, pertenecen
a amigos cercanos al club cuando no directamente, y en el colmo de la
desvergüenza, a los propios directivos. Si además de presidir un club se es
juez especialista de esa raza, además de
criador, el círculo queda cerrado para gran perjuicio de la raza. Solo
un de terminado tipo de perro, criado
por afines al club, obtendrá los
suficientes títulos para rentabilizar su cría.
Estos
criterios crearán tendencia entre el resto de criadores que se verán obligados
a realizar cruces de conveniencia, bien para complacer al poder bien para criar
en la línea de lo que es premiado, para
poder vivir de este negocio y no solo subsistir rompiendo, en algunos casos,
sus tradicionales líneas de sangre. Ya sabemos que vende más un hijo de campeón que un boxer típico sin
campeones en su genealogía.
Reparto
de títulos
Lamentablemente,
todos los criadores en España saben que no se puede perdurar en el negocio de
la cría de perros si no estás a la sombra del poder (canina, jueces, o club de
raza). Así, los clubs de raza en España, constituyen, por lo general, un feudo
de unos pocos donde dirigentes y afines se reparten títulos y prebendas.
En la
reciente historia del club del boxer
podemos definir como brillante, en beneficio de la expansión y calidad
de la raza, comparada con la actual, la presidida por Carlos de Guinea. Estos
éxitos, y con independencia de las personas, se debieron sin duda al modelo de
dirección que se aplicó. Carlos de Guinea, reputado juez, criador de otras
razas y profesional del mundo de la economía, supo poner orden a través de
integrar las distintas tendencias y prestigiar monográficas, con altos niveles
de inscripción, tomando decisiones que pudiendo ser polémicas estaban
descontaminadas de intereses o ambiciones personales.
Así, por
ejemplo, durante su presencia en la directiva (como vicepresidente y presidente)
no se podía repetir durante un año ningún juez en las
monográficas (con 14 de media al año) juzgando el propio de Guinea una monográfica nacional en todo ese tiempo
siendo juzgadas todas las monográficas y especiales por jueces reconocidos por
ATIBOX como especialistas.
En la actualidad, presidente y vicepresidentes del club están
presentes, como jueces, en los principales eventos del boxer en España.
Tras una
tormentosa transición, donde De Guinea abandona el club por razones de salud,
la actual directiva ocupó el poder, ante la ilusión de algunos que pensaban suponía
una ruptura con “el antiguo régimen”, rompiendo claramente el modelo “cesar”,
por aquello de que la mujer del Cesar no solo ha de ser honrada sino que ha de
parecerlo.
Presidencia,
y vicepresidencia y otros cargos directivos fueron copados por criadores, que a
su vez son jueces especialistas, cerrando un círculo vicioso infernal: El club
ya no vela por los intereses del standard de la raza, sino por los gustos e intereses
del grupo de poder y sus allegados.
Mañana: una
monográfica de infarto o la traición que llevó a la tumba a Manuel Izquierdo
Simplemente lo que nosotros hicimos fue aplicar la logica y un modelo donde primaba la igualdad de oportunidades para todos, que favoreció la incorporación de mucha gente joven a la raza, cosa que antes no se veia demasiado bien. Luchamos por el boxer y solo por el boxer sin intereses economicos ni personales: cuando hubo que plantar cara a la RSCE, como en el caso de las RAZAS POTENCIALMENTE PELIGROSAS, lo hicimos (y ganamos nuestra parte de batalla) y cuando hubo de colaborar con ella tambien lo hicimos fomentando la participación masiva en sus exposiciones y evitando la segregación que algunos querían. Mis directivas siempre fueron un equipo en el que quiero y debo destacar la labor de Javier Aguado quien fue el creador de una red de delegaciones sobre la que se cimento la actividad del Club y sus monograficas regionales.
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