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miércoles, 29 de agosto de 2012

Algunas decisiones del vicepresidente del CBE, una seria amenaza para la raza

Gran conocedor del boxer ahora “prima” la clase frente al standard

En primer lugar, tengo que decir que todas las referencias que tengo de Juan Manuel Rodríguez, vicepresidente del club del boxer español, como criador y conocedor de esta raza son inmejorables. En una hipotética puntuación del uno al diez, estaría en el sobresaliente.
Además, debo agradecerle, en lo que se refiere a mi persona, que haya logrado me cuestione alguno de mis principios que consideraba bien asentado: siempre he cuestionado la teoría de Darwin, por la falta de eslabones perdidos, y sin embargo Juan Manuel Rodríguez ha fulminado ese viejo tabú. Salvo que se abrace el darwinismo es imposible comprender su evolución y/o metamorfosis en apenas diez años.
 Cuando se le invitó, y aceptó, ser colaborador de la revista Dog Champion, (  tan sensacionalista como la propia revista, según la descalifica),  era un ferviente defensor de la tipicidad y el estándar, donde cualquier desvío, como no podría ser de otro manera, le hacia rechazar al ejemplar como representante o exponente, en grado superlativo, de la raza. (Las hemerotecas con sus colaboraciones en nuestra antigua revista están a disposición de quien quiera consultarlas)

Daño a la raza

Solo a partir de ese darwinismo galopante se entiende  que a un ejemplar con el siguiente raport, “Dorado marcado en blanco. Falta mayor impronta de macho, hueso y sustancia. Cabeza típica. Seria deseable un cráneo con mayor elevación y mejor angulacion. Buen relleno de hocico y bonito mentón. Maxilar inferior redondeado. Estructura larga. Falta de profundidad y anchura de pecho. Correcta línea superior. Línea inferior recta sin dibujo. Angulación delantera correcta. Falta angulación trasera” le haya otorgados dos CAC .entre ellos el punto obligatorio, y lanzado al estrellato como super campeón. Criadores relacionados con este ejemplar y que lo conocen tan bien como Rodríguez, admiten la certeza de esta descripción, aunque justifican sus premios “porque es un perro con mucha clase”. Es cierto: el perro tiene clase, pero no tipo.
El problema de estas sorprendentes promociones, difícilmente entendibles, sobre todo si se tienen los conocimientos que de la raza tiene el vice presidente del club, es que transforman  un ejemplar mediocre en estándar viviente de la raza (se supone que un campeonísimo lo debe ser),  multiplicando sus montas y cruces llevando al boxer español a un retroceso de varios años.
 Ejemplares largos, con poca sustancia, ojos claros, escasa angulación, maxilares redondeados, sin impronta de género y con mordidas poco limpias, pueblan los ring españoles y copan los campeonatos.
Igual es que el estándar de la raza ha sido modificado, sin enterarnos, y para estilizar mas a estos ejemplares (a fin de que tengan clase y glamur)  además del rabo hay que prolongar su longitud para que pose como un perro de muestra.

Cuestiona, por otra parte, (ver anterior blog) Juan Manuel Rodríguez nuestros conocimientos, y por lo tanto capacidad, para realizar ciertas críticas y análisis al no pertenecer al mundo de la cinofilia. Según este criterio para opinar sobre drogas habría que ser drogadicto, para hacer una análisis de la prostitución, puta, y lo que es más importante, para juzgar a esta raza, seria imprescindible ser chato, prognata  y ladrar.
Fuera de bromas, evidentemente, no participamos en el mundo de la cinefilia tal y como el la contempla: no acabamos de entender que se sea juez y parte, criador y expositor y todo  en un mismo saco y al mismo tiempo sin diferenciar el servicio público (dirigir un club y velar por la selección de la raza como juez) de los intereses privados.
Los juicios de valor, opiniones, acertadas o no, surgen cuando la mujer del César además de honrada ha de parecerlo. Si quieren evitar la confusión, las malas interpretaciones e incluso los  prejuicios mal intencionados, que cambien su forma de proceder y dejen de criar si juzgan, por ejemplo.

Dels Segadors y sus campeones

No le parece acertada a Juan Manuel Rodríguez nuestra crítica al afijo “dels Segadors” al calificar, por nuestra parte,  su cría de errática. Defiende a este afijo, como buen amigo de sus amigos, con el argumento de sus éxitos y premios en la cría de esta raza. No debió leer bien, por las prisas, nuestro comentario: Nosotros nunca hemos cuestionado sus éxitos  Cuestionamos su cría y la calificamos como errática ( sin un fin claro salvo ganar premios) por haber basado esta en cruces con campeones de medio mundo, según fuesen apareciendo, para generar “campeonitis” y sin haber fijado una impronta propia, con unas características definidas, como se supone debe perseguir un amante de la crianza. Rodríguez no desmonta nuestra argumentación, en este caso ni en ningún otro.

 

Sobre que en sus cría, la de Juan Manuel Rodríguez,  priman sus gustos frente a otras consideraciones, aceptamos pulpo como animal de compañía, indicando, eso si, que coincidíamos mucho mas antes que ahora. De hecho, su Ch. Lucky Luciano de Cinco Rosas, me parece espectacular, mientras que parece no es del todo del agrado de su criador. Se lo compro cuando quiera. (Ya se sabe lo que se dice de los gustos).
En los ditirambos que lanza sobre Carlos de Guinea no vamos a entrar. Eso es cuestión de cada cual. Solo indicar que lamentablemente para nosotros, pues consideramos al señor de Guinea como un buen conocedor del boxer en particular y del la cinofilia en general, no se encuentra entre nuestros colaboradores ni fuentes. Intentar lo intentamos, pero nos dijo que no.



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