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viernes, 31 de agosto de 2012

La gestión del BCE hace retroceder la raza treinta años

Ejemplares con graves defectos, copan las monográficas

Las exposiciones de belleza canina suponen, a la larga y en general, un serio problema para las razas ya se suele primar “la clase”, “la energía” o el llamado glamour”, frente a al tipicidad y corrección de los ejemplares presentados, como consecuencia del escaso conocimiento que tienen de las razas los jueces que no son especialistas y que se ven obligados a juzgar todo un grupo o varios. Estos jueces, ante su ignorancia suelen premiar el “show, cuado no el afijo para salir del paso y apostar sobre seguro.
De cómo las exposiciones de bellaza acaban transformando la tipicidad y funcionalidad de una raza tenemos demasiados ejemplos ilustrativos, desgraciadamente.

Nada queda del Westi, que debería tener pelo (áspero, pecho alargado, amplitud de movimientos y hocico alargado pues debe tener ante todo una apariencia rústica) con las “muñequitas” de pelo sedoso, pecho en tonel, andares de gogó, y cabezas exageradas con fata de molares y premolares que vemos en los rings españoles, donde conviven  con cocker de cuello interminable, mirando a  la luna, cuando es un perro de rastro y recogida que debe ir arrastrando la cabeza por los suelos. El pastor alemán, en su llamada línea de belleza, ocurre otro tanto: el prototipo de perro de trabajo ha terminado convirtiéndose en un inválido, eso sí, con exageras angulaciones traseras y caída. Y así hasta poder enumerar, una a una, todas y cada una de las razas reconocidas por la FCI, salvo honrosas excepciones.
Como únicos garantes para acotar estas desviaciones quedan los club de raza, donde a partir de sus monográficas, y la concesión de uno de los puntos obligatorios para el campeonato de España, deben constituir un filtro innegociable. Desgraciadamente, y salvo excepciones en nuestro país, apenas se cumple este cometido.
Hasta hace algunos años el CBE era una de estas excepciones y se regía por unos criterios similares a los de centro Europa, donde la tipicidad (el llamado perro correcto) prima frente a otro tipo de consideraciones (las manidas “ clase” o “ energía” ) del perro espectáculo
Un ejemplar puede tener mucha clase, energía o movimiento, pero no ser un prototipo de la raza. Las calles están llenos de perros mestizos con un movimiento excepcional, (se pasan la vida sorteando coches) pero no son boxer.
En los últimos tiempos, desde la llegada a la directiva del club de la candidatura de Palacín, basta con echar una mirada a los ejemplares premiados, salvo alguna excepción,  para darnos cuenta, sin necesidad de ser especialistas, en la diferencia entre los presentes campeones y los que lograban el entorchado antaño.
Sin pretender arrojar sospechas sobre nadie, sorprende que Palacín, que puede considerarse un juez  muy técnico, pues es capaza de desmontar y analizar la estructura del boxer, como si se tratara de un mecano, premie perros a partir de su “clase “o “energía”. Igual sucede con Juan Manuel Rodríguez, grandísimo conocedor de la raza.
Palacín y Rodriguez, entre otros, saben que el club marca tendencias y de su labor como directivos del mismo y jueces especialistas tenemos en la actualidad estos lodos: ejemplares multipremiados, así como su descendencia que es lo grave para la raza y la cría, con cuellos alargados en exceso, cruces demasiados elevadas, excesiva longitud  en los radios traseros, tórax aplanados y excesivamente longilíneos para armonizar todos estos defectos.
Las cabezas que vemos en los ejemplares patrocinados por el club son en general bonitas (y vistosas de cara a u juez no especialista) pero con hocicos de poca altura y belfos escasos. Las bocas suelen ser estrechas, con dientes pequeños y mal alineados. Las características de la dentadura del boxer, también figura en el estándar. En conjunto una cabeza que luce bonita pero cuya forma es delgada y elevada, esbelta, espigada. (Dolicomorfe). En definitiva un perro vistoso pero alejado a lo que es el standard.
Así y en lo referido a la cría, ya que toda nuestra crítica hacia el club y sus directivos no es absoluto nada personal, la actual gestión del club (en su papel de velar por la raza) dista mucho de ser ejemplar y beneficiosa para el boxer. No debemos olvidar que los perros premiados son los que más crían y acaban siendo la representatividad de una raza en determinado país. Un país España que hasta hace unos años estaba a la cabeza y hoy lleva camino, en cuanto al boxer, de retroceder 30 años cargándose no se sabe si por inquinas personales, por falta de criterio o intereses perversos, el trabajo desarrollado por criadores míticos como Molins, Antón Moscoso, María Jesús Fernández Manuel Izquierdo o el propio Juan Manuel Rodríguez en sus inicios. 

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