Ejemplares con graves defectos, copan las monográficas
Las exposiciones de belleza
canina suponen, a la larga y en general, un serio problema para las razas ya se
suele primar “la clase”, “la energía” o el llamado glamour”, frente a al
tipicidad y corrección de los ejemplares presentados, como consecuencia del
escaso conocimiento que tienen de las razas los jueces que no son especialistas
y que se ven obligados a juzgar todo un grupo o varios. Estos jueces, ante su
ignorancia suelen premiar el “show, cuado no el afijo para salir del paso y
apostar sobre seguro.
De cómo las exposiciones de
bellaza acaban transformando la tipicidad y funcionalidad de una raza tenemos
demasiados ejemplos ilustrativos, desgraciadamente.
Nada queda del Westi, que
debería tener pelo (áspero, pecho alargado, amplitud de movimientos y hocico
alargado pues debe tener ante todo una apariencia rústica) con las “muñequitas”
de pelo sedoso, pecho en tonel, andares de gogó, y cabezas exageradas con fata de
molares y premolares que vemos en los rings españoles, donde conviven con cocker de cuello interminable, mirando a la luna, cuando es un perro de rastro y
recogida que debe ir arrastrando la cabeza por los suelos. El pastor alemán, en
su llamada línea de belleza, ocurre otro tanto: el prototipo de perro de
trabajo ha terminado convirtiéndose en un inválido, eso sí, con exageras
angulaciones traseras y caída. Y así hasta poder enumerar, una a una, todas y
cada una de las razas reconocidas por la
FCI , salvo honrosas excepciones.
Como únicos garantes para
acotar estas desviaciones quedan los club de raza, donde a partir de sus
monográficas, y la concesión de uno de los puntos obligatorios para el
campeonato de España, deben constituir un filtro innegociable.
Desgraciadamente, y salvo excepciones en nuestro país, apenas se cumple este
cometido.
Hasta hace algunos años el
CBE era una de estas excepciones y se regía por unos criterios similares a los
de centro Europa, donde la tipicidad (el llamado perro correcto) prima frente a
otro tipo de consideraciones (las manidas “ clase” o “ energía” ) del perro
espectáculo
Un ejemplar puede tener
mucha clase, energía o movimiento, pero no ser un prototipo de la raza. Las
calles están llenos de perros mestizos con un movimiento excepcional, (se pasan
la vida sorteando coches) pero no son boxer.
En los últimos tiempos,
desde la llegada a la directiva del club de la candidatura de Palacín, basta
con echar una mirada a los ejemplares premiados, salvo alguna excepción, para darnos cuenta, sin necesidad de ser
especialistas, en la diferencia entre los presentes campeones y los que
lograban el entorchado antaño.
Sin pretender arrojar
sospechas sobre nadie, sorprende que Palacín, que puede considerarse un
juez muy técnico, pues es capaza de
desmontar y analizar la estructura del boxer, como si se tratara de un mecano,
premie perros a partir de su “clase “o “energía”. Igual sucede con Juan Manuel
Rodríguez, grandísimo conocedor de la raza.
Palacín y Rodriguez, entre
otros, saben que el club marca tendencias y de su labor como directivos del
mismo y jueces especialistas tenemos en la actualidad estos lodos: ejemplares
multipremiados, así como su descendencia que es lo grave para la raza y la cría,
con cuellos alargados en exceso, cruces demasiados elevadas, excesiva longitud en los radios traseros, tórax aplanados y
excesivamente longilíneos para armonizar todos estos defectos.
Las cabezas que vemos en los
ejemplares patrocinados por el club son en general bonitas (y vistosas de cara
a u juez no especialista) pero con hocicos de poca altura y belfos escasos. Las
bocas suelen ser estrechas, con dientes pequeños y mal alineados. Las características
de la dentadura del boxer, también figura en el estándar. En conjunto una cabeza que luce bonita pero cuya forma es delgada y elevada, esbelta, espigada.
(Dolicomorfe). En definitiva un perro vistoso pero alejado a lo que es el
standard.
Así y en lo
referido a la cría, ya que toda nuestra crítica hacia el club y sus directivos
no es absoluto nada personal, la actual gestión del club (en su papel de velar
por la raza) dista mucho de ser ejemplar y beneficiosa para el boxer. No
debemos olvidar que los perros premiados son los que más crían y acaban siendo
la representatividad de una raza en determinado país. Un país España que hasta
hace unos años estaba a la cabeza y hoy lleva camino, en cuanto al boxer, de
retroceder 30 años cargándose no se sabe si por inquinas personales, por falta
de criterio o intereses perversos, el trabajo desarrollado por criadores
míticos como Molins, Antón Moscoso, María Jesús Fernández Manuel Izquierdo o el
propio Juan Manuel Rodríguez en sus inicios.
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